El otro día estaba escuchando un podcast donde entrevistaban a David Goggins, que en caso de que no lo conozcas, es un miembro retirado de los SEAL de la Marina de los Estados Unidos, también un corredor de ultramaratones, triatleta y autor. Muchos dicen que es la encarnación de la disciplina, que es el tipo con la mayor fuerza de voluntad, que tiene un autodominio increíble, y a juzgar por todo lo que ha logrado es difícil poner en duda que se trate de alguien bastante disciplinado.
La razón por la que te cuento esto es porque, en la entrevista, Goggins dijo una cosa que se quedó grabada en mi memoria porque me impresionó bastante: en un momento David está hablando sobre la fuerza de voluntad, sobre cómo cultiva la disciplina y le comenta al entrevistador cuál es la cosa que más odia hacer en el mundo ¿Sabes cuál es? Pues… correr. Estamos hablando de un tipo que cada mañana se levanta y sale a correr pero que odia hacerlo, y como si eso no fuera suficientemente impresionante luego Goggins dijo algo que me pareció clave: y es que cada mañana sale a correr como si lo amara, a pesar de que lo odia.
Me pareció increíble que una persona que corre todos los días y que ha hecho varios ultramaratones diga que correr es la actividad que más odia hacer, pero después de pensarlo un momento tiene todo el sentido del mundo: Goggins no se ha convertido en un tipo tan disciplinado por hacer algo que ama todos los días, eso sería algo fácil, sino precisamente porque a diario se esfuerza por hacer lo que sabe que tiene que hacer aunque no sea su cosa favorita.
David tiene tanta fuerza de voluntad porque la fortalece a diario, comienza cada uno de sus días haciendo lo que más odia hacer. Piensa un momento que es lo que más odias hacer, esa tarea que consideras la peor, luego imagina que cada mañana te obligas a ti mismo a hacerla como primera tarea del día, ¿suena horrible? Lo es... ¿Pero sabes que es aún más difícil? Hacer eso que odias con amor, hacerlo como si lo amaras, eso es lo que te convertirá en alguien sin limites, alguien que puede hacer cualquier cosa.
Entonces ¿querías el secreto del tipo más disciplinado del mundo? ahí lo tienes, no es muy agradable, no es fácil de hacer, pero, aun así, es tan simple que está al alcance de todos: cada uno de nosotros sabe que eso que tiene que hacer, que es eso que no disfrutamos mucho pero que es necesario, ahora es el momento de ir a hacerlo, una y otra y otra vez como si lo amaramos.
Se necesita una autodisciplina implacable para programar el sufrimiento en tu día, todos los días.
— David Goggins